Descripción general de las pruebas maternas y fetales

La mayoría de las mujeres tienen embarazos saludables, y los bebés nacen sin problemas. Sin embargo, aquellas con embarazos de alto riesgo a menudo necesitan vigilancia rigurosa para controlar que no surjan posibles problemas. Afortunadamente, hay una gran cantidad de pruebas y procedimientos disponibles para vigilar la salud de la madre y del bebé, muchos de los cuales conllevan pocos riesgos o ninguno. Además, pueden brindar mucha información a los proveedores de atención médica, las parteras y los futuros padres. Sin embargo, algunos tipos de pruebas y procedimientos plantean algunos riesgos para la madre, el bebé o ambos. Por este motivo, si le proponen pruebas prenatales, es importante que le haga el proveedor o a la partera las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué es necesaria la prueba para mi embarazo?

  • ¿Qué información brindará la prueba?

  • ¿Cuáles son los beneficios de la prueba?

  • ¿Cuáles son los riesgos, si los hay, para mí y para el bebé?

  • ¿Qué otras pruebas podrían hacerse en lugar de esta?

  • ¿Quién hará la prueba?

  • ¿Dónde se hará la prueba?

  • ¿Cuánto tardan los resultados?

  • ¿Los resultados de la prueba requerirán más estudios?

  • ¿Qué opciones tengo en función de los resultados de la prueba?

  • ¿Qué opciones tengo si decido no hacerme la prueba?

Es probable que algunas madres requieran una vigilancia más rigurosa en el embarazo, entre ellas, las que son muy jóvenes o las mayores de 35 años. Es posible que, ante los siguientes problemas de salud, también haya que hacer pruebas maternas y fetales:

  • Enfermedades maternas preexistentes, como diabetes, presión arterial alta, enfermedades renales y enfermedades cardíacas

  • Cantidades anormales de líquido amniótico

  • Crecimiento fetal anormal

  • Embarazo múltiple (mellizos o más)

  • Embarazo prolongado

  • Obesidad

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