Los niños no son simplemente adultos en miniatura, sino individuos con cuerpos y mentes que crecen a una velocidad increíble.
Sólo en el primer año de vida, un recién nacido puede pasar de ser una pequeña criatura de 7 libras de peso (3,1 kilogramos) y 20 pulgadas de largo (0,5 metros) a un niño cuyo peso ha aumentado en un 200 por ciento y cuya altura ha aumentado en un 50 por ciento.
Y en ese mismo año, ese mismo bebé ha aprendido a comunicarse y caminar, comer, beber y jugar.
Puede ser que los niños no vuelvan a crecer y desarrollarse tan rápidamente como esta por el resto de la infancia. Pero todavía siguen cambiando, físicamente, mentalmente y emocionalmente. Durante todo ese crecimiento, desde la infancia hasta la adolescencia, los padres deben asegurarse de que este niño tenga chequeos regulares y se cuida cuando está enfermo o herido.
Pediatras y proveedores de salud atienden a los niños de todas las edades. Ellos tienen la experiencia necesaria para ayudar a los padres dan a sus hijos un buen comienzo para una vida sana. Los pediatras y enfermeras practicantes también orientación a las familias, se convierten en consultores de salud a los programas de cuidado de niños, y se aboga por el cuidado de niños de calidad.
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